Por Valentín Cubillos Diez, Presidente regional CChC Arica

Una hermosa cruzada está realizando la Fundación Arica Revive, que busca firmas para lograr la restauración y rehabilitación de la Casa Copaja, ubicada en calle Lynch con San Marcos, una morada que data del siglo XIX y donde alojó al padre Alberto Hurtado.

Pero más allá de esas características, en todo el casco antiguo existe una serie de obras (además de las ya conocidas Catedral San Marcos o el Mercado Central), las que están en peligro de desplomarse, incendiarse o convertirse en estacionamientos.

Ejemplos hay de sobra, cada una con una sabrosa historia, tales como: las ruinas del San Juan de Dios o el Almacén Yanulaque; que datan del siglo XIX; a estas se suman la Casa Beretta, Moya o Gallo, del Siglo XX. Verdaderas reliquias que vale la pena cuidar y mantener.

Este es un tema que debemos hacernos cargo seriamente, pues si queremos ser una ciudad turística tenemos que analizar qué vamos a mostrar a los visitantes; definir cuál es la urbe que queremos a largo plazo. ¿Por qué no crear un circuito turístico integrado y accesible para toda la comunidad, que comience desde el Parque Vicuña Mackenna juntando estas viviendas con la Catedral y el Mercado, y que finalice en la cima de El Morro, en el Gran Museo de la Cultura Chinchorro?

Para crecer no sólo tenemos que mirar para adelante, sino que hacia atrás y conversar con quienes tiene la experiencia, como don Eduardo Hoyos o Ricardo Jordán, profesionales que tienen mucho que decir y que además serán los expositores en el X Encuentro de la Vivienda, en noviembre próximo, organizado por la CChC Arica.

Hoy contamos con los recursos y el capital humano para consolidar estas iniciativas, solamente falta la decisión para poder restaurar o mantener esas construcciones e integrarlas, por medio de una ayuda efectiva y expedita para conservar este hermoso rostro de la Arica de antaño.