El Índice de Calidad de Vida Urbana (ICVU) y el Atlas de Bienestar Territorial son dos instrumentos en los que activamente participa la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), en el primero junto con el Núcleo de Estudios Metropolitanos de Estudios Urbanos y Territoriales de la Pontificia Universidad Católica (PUC) y el segundo con la Corporación Ciudades y el Centro de Inteligencia Territorial de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI).
En ellos podemos ver a Arica en diversas ubicaciones, en el ICVU en la mitad hacia abajo y en el Atlas de Bienestar en la parte alta del análisis, pero si bien no son comparables nos dan una radiografía desde diversos ángulos sobre lo que se está haciendo y en qué se puede mejorar.
Para comenzar podemos desprender que falta mucho por trabajar. Primero que todo se debe dejar de lado las posiciones políticas, y de una vez por todas, pensar en un desarrollo urbano equilibrado, planificado y sostenible con una mirada a largo plazo, con el fin último de mejorar la calidad de vida. Ahí radica la importancia de trabajar con Visión de Ciudad.
Lo anterior se traduce en temas tan simples como tapar los hoyos de las calles (terminar bien los trabajos iniciados), reducir el déficit habitacional, trabajar los espacios públicos y áreas verdes, mejorar iluminación pública, planificar con resiliencia pensando en los cambios y desafíos de la naturaleza, como las lluvias estivales. Sabemos que un 92% de la población regional vive en Arica, lo que implica un gran desafío para atender las necesidades de todos quienes habitan la capital regional, pero además para todos aquellos que residen en zonas rurales y apartadas y que requieren contar con los servicios básicos y de conectividad.
Finalmente, es importante recalcar que encumbrar a la puerta norte en lo más alto es una labor de todos, de autoridades tanto de gobierno como de oposición, del ciudadano, de hombres y mujeres por igual, para de una vez por todas alcanzar una región desarrollada, porque construir Arica y Parinacota es obra de todos.
