Hoy vivimos una pandemia que ha transformado nuestro diario vivir, que cambió la forma en que realizamos nuestras actividades, los espacios de ayer deberán transformarse para la nueva normalidad de hoy.
Bajo esta premisa la construcción debe ser considerada como esencial para aportar al cambio de estos espacios, tanto públicos como privados, ya que está orientada a una mejor calidad de vida. En lo concreto hay que modificar calles, plazas, restaurantes, hoteles, residenciales, el comercio minorista y mayorista, incluidas las ferias libres; todo se debe transformar, pero la autoridad sanitaria, al parecer, considera que esto no es imprescindible y no escucha argumentos.
Las obras de construcción toman su tiempo, las modificaciones a la infraestructura pública, comercial y turística no se hacen de la noche a la mañana. Y si continuamos con el plan de la autoridad sanitaria todos vamos a tener que esperar mucho tiempo para poder reactivar la economía de esta ciudad tan golpeada por la historia.
No queremos cometer el mismo error del desconfinamiento anterior, con personas aglomerándose y reuniéndose en su Arica de siempre, en su Arica que sigue igual, sin prepararse para para volver a la nueva normalidad.
Hoy la construcción demostró que está a la altura del desafío, sus protocolos sanitarios son envidiables, su tasa de contagio en obra es inferior a todos los otros rubros y su tasa de exámenes realizados a sus trabajadores es el mayor, demostrando que sus estándares preventivos son altísimos.
Lo anterior lo saben los 4.182 trabajadores de la construcción desempleados que quieren ser parte de la solución y junto a ellos está la CChC dando un paso al frente para apoyar a la comunidad.
Debemos construir nuestra nueva Arica y debemos empezar AHORA, si no lo hacemos ocurrirá los mismos errores y nos encontraremos que las cosas no cambiaron. Tenemos visión y valentía para abordar la solución de nuestra ciudad, esta es nuestra propuesta. Porque construir Arica y Parinacota es obra de todos.
