Ayer domingo, la Agrupación Recreacionista Juan José San Martín, junto al profesor y cronista de la historia ariqueña Patricio Moya, realizaron una acción ciudadana de resguardo del patrimonio cultural ancestral regional limpiando, pintando y reforzando rejas de la cueva de playa La Capilla.
Este lugar posee pictografías en arte rupestre correspondientes a las culturas pescadoras arcaicas, con una antigüedad de unos 7.000 años antes del presente.
“Este es un acto ciudadano de rebeldía y protección ante el descuido al que nuestro patrimonio ancestral está sometido por el abandono de las autoridades y el mal trato de personas maldadosas e ignorantes”, afirmó Moya.
“En Caleta Vítor, en la desembocadura del valle de Camarones, hay otra cueva con pictografías de pescadores ancestrales, las que han sido horriblemente dañadas con rayados, golpes de piedras y estacas y pernos de anclaje de personas que practican escalamiento en rocas. No queremos que suceda lo mismo con la cueva de La Capilla que, estando mucho más cerca de la ciudad, se encuentra en un mayor riesgo”, complementó el profesor.
Participaron en la actividad voluntarios de la Agrupación Recreacionista Juan José San Martín, quienes, normalmente, realizan actividades de resguardo del patrimonio de la Guerra del Pacífico, pero que, ahora, acudieron con palas, escobas y rastrillos a limpiar y denunciar el estado en que se encuentran otros lugares, como los fuertes del Ciudadela y del Este del Morro de Arica, incluyendo el Museo que está en la cima.
LA CAPILLA
Recorriendo los más de cincuenta metros de profundidad que posee la Cueva de La Capilla, se pueden ver dibujos realizados con pintura mineral roja que los pescadores arcaicos utilizaban, los que han sido dañados con pintura en aerosol, golpes de piedra y tiza.
Además, se encuentra al interior restos de fecas, papel higiénico, ropa y múltiples latas de cerveza.
La reja que se puso la municipalidad para la protección del patrimonio en la década de los años 90 del siglo pasado, estaba completamente llena de rayados y con fierros faltantes, además de completamente abierta, por lo que cualquier persona podía acceder a la caverna.
ACCIÓN
La acción de los voluntarios consistió en recolección de basuras, barrido, raspado y pintado de metales con pintura antióxido, arreglo de la reja de acceso y colocación de barrotes en la reja para que pueda cumplir con su función de protección.
Además, se colocó una cadena y dos candados, entregando copias de las llaves a autoridades regionales para que, en conjunto, establezcan inversiones y protocolos de protección de este importante patrimonio ariqueño.