La necesidad primordial de una vivienda es algo que se vuelve más cada vez más latente a nivel nacional y Arica no es la excepción, donde estamos apreciando la aparición de campamentos y tomas.
Los números son indesmentibles, en el “Catastro Nacional de Campamentos”, elaborado por el Minvu, compara la realidad de 2011 versus 2019 donde podemos apreciar en nuestra región un aumento de 6 a 7 focos irregulares; dicho de otra manera, hubo un alza de 236 a 326 hogares (38%), considerando que en promedio cada uno está compuesto por 3 personas, es decir, aumentó de 708 a 978 familias; no obstante que localmente ya se han construido más de 5 mil nuevas viviendas en el actual gobierno.
Lo anterior, se suma a que estamos ante un aumento sostenido en la zona Norte con cifras alarmantes: Tarapacá (567%), Antofagasta (182%) y Atacama (170%); Arica va en ese camino.
Son varios los motivos para que una persona realice una toma, entre los altos costos de una habitación y la necesidad de independencia (no ser allegado). En lo que respecta a los encuestados, un 27,4% corresponde a inmigrantes provenientes de Bolivia, Colombia y Perú. Un dato extra se dio a conocer en el Encuentro Ciudad y Vivienda de CChC Arica, donde el arquitecto Juan Pablo Olave dijo que la gente privilegia vivir cerca de servicios, conectividad y fuentes laborales; más que la vivienda.
Más allá de las cifras y las tendencias actuales, hoy debemos hay que dar las señales correctas a aquellos que cumplen todos los procesos para postular -y siguen esperando- versus quienes se saltan la fila tomándose un espacio irregular (que además no tiene agua potable, alcantarillado ni electricidad). Hoy el llamado es continuar los esfuerzos para satisfacer la demanda, pero sobre todo incentivar y premiar a quienes siguen el camino correcto para concretar el sueño de la casa propia; porque Arica y Parinacota lo construimos todos.
