Consejos para una alimentación y consumo responsable de frutas y verduras

Fecha : 01/03/2021
• El ingeniero agrónomo José Miguel López entrega algunas medidas que pueden tener impacto tanto en nuestra economía familiar como en toda la cadena productiva.
 

Al preparar una rica ensalada a la chilena ¿Has pensado en las horas de trabajo que implica producir esos alimentos? ¿Sabes cuántas veces la agricultora de Camiña tuvo que madrugar para regar esas cebollas? ¿Sabes cuántas jornadas de trabajo se invirtieron en la cosecha de esos tomates del Valle de Azapa? No, porque, generalmente, no nos hacemos esas preguntas.

En este sentido, el ingeniero agrónomo José Miguel López -de la carrera Técnico Agrícola del Centro de Formación Técnica Santo Tomás, sede Arica- entrega algunas luces la importancia de realizarse estas preguntas.

Primero, porque la producción de alimentos es un trabajo demandante, el crecimiento vegetal no discrimina entre días hábiles, fines de semana, feriados o confinamientos por pandemias. Hemos sido testigos de cómo en este año la mayoría de los rubros productivos, tuvieron que hacer una pausa obligada cambiando todo nuestro sistema de funcionamiento, sin embargo, la producción agrícola no paró.

Segundo, porque gran parte importante de este rubro productivo está compuesto por la Agricultura Familiar Campesina (AFC), segmento social y económico de gran significación y parte sustantiva del sector agrícola, representa un universo de 260.000 explotaciones (casi el 90% del total de unidades productivas del país), siendo una importante fuente de empleo y auto empleo en territorios rurales.

Y tercero, señaló López, porque los alimentos se pierden o desperdician en toda su cadena de suministro, desde la producción inicial hasta el consumo final en nuestros hogares. Según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) el total de la superficie cultivada en la Tierra es de unos 1.400 millones de hectáreas y casi el 30% se utiliza para producir alimentos que nunca serán consumidos, representando un importante costo ambiental, ya que este desperdicio contribuye a mermar la calidad de los suelos, la disponibilidad de agua y la biodiversidad.

“Al momento de preparar y consumir nuestros alimentos, es importante que nos hagamos estas preguntas y tengamos claro todo lo que costó que llegaran a nuestras mesas alimentos cotidianos como una “simple” ensalada a la chilena, y las implicancias de un consumo poco responsable”, destacó López.

De esta manera, no nos sería tan fácil botar esa ensalada que sobró del almuerzo o ese pedazo de pan que cortamos con la mano y no terminamos de comer. Sin duda, el aporte que podemos hacer como consumidores es importante para disminuir la pérdida de alimentos, tomando medidas que no sólo tendrán impacto en nuestra economía familiar sino que en la de todos los actores de esta cadena productiva. Las medidas son simples y fáciles de ejecutar:

• Planifica tu compra. No necesitamos llenar nuestros refrigeradores y despensas con alimentos que no consumiremos. Planifica el menú semanal o mensual, comprando solo lo que necesites.
• Almacena y conserva. Aprovecha al máximo tus alimentos, no temas a las diversas técnicas de conservación disponibles. Algunas como la congelación o la deshidratación no requieren de insumos peligrosos o maquinarias costosas.
• Aprovecha TODO Al cocinar. Prefiere recetas que impliquen el mínimo de desperdicio de alimentos, atrévete a consumir frutas y verduras con cáscara, recuerda que pueden ser un importante aporte de fibras y vitaminas.
• Reutiliza tus Alimentos cocinados. Sácate de la cabeza ese pensamiento de que la comida refrigerada tiene mal sabor. Con una buena limpieza de tu refrigerador y el uso de contenedores con tapas herméticas, puedes disfrutar de esos porotos con riendas que sobraron el lunes y convertirla en una buena crema el miércoles. Recuerda preferir envases de vidrio a los de tipo plástico. El vidrio tiene mayor duración y es más amigable con tus alimentos.
• Recicla tus desperdicios alimenticios. Todo aquello que inevitablemente tengas que perder (cáscaras, pudriciones, mal estado), puedes convertirlo en compost y ocuparlo en tu jardín o huerta casera. Así disminuyes tus residuos domiciliarios. Si vives en departamento, organízate con tus vecinos, también existen técnicas de compostaje para espacios reducidos. Recuerda que solo se pueden compostar productos vegetales y algunos animales sin sazonadores (sal, aceite, aliños, etc). Al final comparto algunos tutoriales de compostaje en el hogar.
• Formación /concienciación/activismo. Comparte en tus Redes sociales todas las medidas y logros que alcances al tomar estas medidas. Conocerás amigos que te pueden ayudar a mejorar tu consumo de alimentos, así como también puedes ayudar a otros con tu experiencia.

Recuerda que estas simples acciones podrían beneficiar no sólo tu economía familiar sino que también la de toda la cadena productiva de alimentos. 

 
 
 
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