Enfermedades más frecuentes que afectan a viajeros y turistas

Fecha : 30/12/2022
• Especialistas apuntan que lo más frecuente son infecciones bacterianas, víricas, fúngicas y parasitarias.
 

Colegios cerrando el año escolar, avalancha de ofertas en vuelos y hoteles all inclusive y solicitud de feriados legales en los trabajos. La señal es inequívoca: Las vacaciones están a la vuelta de la esquina.

Por lo mismo, si se está planificando un viaje, es importante anticiparse y tener en consideración algunas recomendaciones, sobre todo si se trata de la salud.

En este sentido, el doctor Gonzalo Blanco, jefe de la Unidad de Pacientes Internacionales de Clínica Las Condes, explicó que “las llamadas enfermedades del viajero, normalmente, están asociadas a infecciones bacterianas, víricas, fúngicas y parasitarias que se pueden adquirir a la hora de viajar.

Este tipo de patologías van variando de acuerdo con el destino y, cada zona geográfica, tiene sus propios riesgos. Pero si se trata de enumerar las más características, podemos presentar el siguiente ranking:

• Diarrea del viajero: Es la afección más frecuente entre los turistas (hasta un 40% de los que viajan a regiones tropicales). Se produce, habitualmente, por bacterias que se adquieren a través de los alimentos o bebidas contaminadas. Aunque no suele ser grave, puede obligar a modificar el viaje previsto, siendo más vulnerables, en general, los niños, personas de edad avanzada y viajeros con inmunidad deprimida por diversas causas (aquellos que padecen enfermedades crónicas).

• JetLag: Con las fronteras nuevamente abiertas tras la pandemia, se retomaron los vuelos a destinos lejanos pudiendo desplazarnos grandes distancias en muy poco tiempo, lo que provoca el paso de varios husos horarios. A esto se agregan esperas en los aeropuertos, las horas de vuelo, la llegada a un ambiente desconocido, cambios de clima y alimentación entre otras cosas. Por estas razones “el pasajero puede sufrir con alguna facilidad estrés, náuseas, diarreas o estreñimiento, fatiga e insomnio, siendo variable la duración de estas molestias, según cada individuo, habitualmente pasajeras en unas cuantas horas”, explicó el doctor Gonzalo Blanco.

• Mal de altura o mal agudo de montaña: Las grandes alturas provocan alteraciones por la falta de oxígeno, variaciones de la temperatura y realización de actividad física. Es aconsejable que aquellos viajeros que padecen una enfermedad crónica consulten con su médico antes de realizar el viaje. El denominado mal de altura suele aparecer por sobre los 3.000 metros en ascensos graduales o por encima de los 2.500 metros en personas que pasan directamente del nivel del mar a grandes altitudes (lo más habitual). Los síntomas más frecuentes aparecen entre las 4 y 8 horas de la llegada y son: dolor de cabeza, insomnio, mareos, náuseas, falta de apetito y cansancio. Desaparecerán, gradualmente, con el descenso y analgésicos comunes, pero pueden durar varios días. En ocasiones, estos síntomas pueden ser de gran intensidad, con complicaciones cardiopulmonares que constituyen una urgencia médica, que necesitará consulta médica y el descenso inmediato de la altura. No es infrecuente que se presente en turistas que por actividades recreativas suben a la cordillera.

Además de los clásicos seguros de salud que ofrecen las agencias de viajes o en los mismos aeropuertos, es importante tomar ciertas precauciones, como las que entrega el doctor Gonzalo Blanco:

• Precauciones con los alimentos y bebidas.
Medidas básicas de higiene sugeridas:
- Lavarse las manos con frecuencia, sobre todo antes y después de comer, al manipular alimentos y al ir al baño.
- El agua corriente no en todos los sitios ofrece garantías de seguridad, siendo un elemento que puede desencadenar diarreas severas, por lo que es aconsejable beber agua embotellada o debidamente tratada. Las bebidas calientes y refrescos envasados son más seguros.
- No usar cubitos de hielo que no hayan sido preparados con agua segura.
- Prestar atención a la repostería y a los helados, que pueden ser origen de enfermedades.
- Consumir sólo leche y derivados lácteos pasteurizados. Tener cuidado con los quesos frescos.
- Evitar consumir pescado y mariscos crudos, en algunos países, se ofrecen ciertas especies de peces y mariscos que pueden contener potentes toxinas que, incluso, cocinados, pueden provocar graves trastornos digestivos.
- Tratar de ingerir comidas suficientemente cocidas y servidas calientes.
- Se debe tener cuidado con las salsas y preparados que contengan huevos crudos.
- Evitar comer las frutas crudas y, en lo posible, pelarlas personalmente.
- Evitar en determinados sitios, la comida ofrecida por vendedores ambulantes.

• Pasajeros con enfermedades crónicas.
Independientemente de la enfermedad, el viajero con un problema de salud crónico debería tener en cuenta las siguientes sugerencias:
- Llevar una identificación accesible que permita conocer la enfermedad que padece.
- Control con su médico de cabecera previo al viaje.
- Llevar medicación suficiente para la duración del viaje.
- Llevar un breve resumen, en lo posible, en el idioma nativo del país al cual viaja, explicando diagnóstico y tratamiento. 

 
 
 
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