En nuestros días, donde el desarrollo urbanístico prioriza la construcción de edificios, centros comerciales o nuevas rutas viales, se desvanece la geografía local y el grandioso aporte cultural, histórico y social que entregan los barrios a las ciudades.
En este contexto, queremos relevar el valor patrimonial del Barrio Esmeralda, localizado entre las calles 18 de Septiembre, Lastarria, Caupolicán y Vicuña Mackenna, espacio donde vecinas (os) desde los años cincuenta, con esfuerzos y sueños, vienen tejiendo un espacio social y simbólico cargado de experiencias, usos, tradiciones, prácticas y narrativas que han dotado de un sentido identitario compuesto por componentes afros, coloniales, republicanos peruano-chileno y andinos, los que recurriendo a su memoria individual y colectiva, persisten en conservar una historia sobre el origen y trayectoria del barrio, siendo traspasado de generación en generación.
Reivindicar el valor patrimonial del Barrio Esmeralda no es revocar idílicamente el pasado de un espacio barrial, sino más bien para resaltar, en palabras de Marc Auge (1998), que el Barrio o los Barrios de la ciudad de Arica son lugares apropiados, cargados de significados y representaciones, espacios vívidos donde los habitantes a través de múltiples eventos (deportivos, malones, hitos históricos, entre otras manifestaciones culturales) van modelando un imaginario y recreando lógicas cotidianas de habitar su espacio en función de sus necesidades, expectativas y proyectos.
Bajo esta idea, el Barrio Esmeralda se convierte en un referente de sentido en que coexisten aspectos tradicionales y modernos que ayudan, tanto ayer como hoy, a producir y reproducir un estilo de vida comunitario, que caracterizado por la herencia de solidaridad del Club Deportivo Atlético Esmeralda, por su legado ferroviario y por la cultura de los afro descendientes sirve para marcar las fronteras de pertenencia de las y los esmeraldinos frente a otros barrios y colectividades de la Ciudad de Arica.
En el contexto del día del patrimonio cultural de la Región de Arica y Parinacota, una mención especial a los barrios y, en particular, al majestuoso Barrio Esmeralda, como espacios de la historia local que deben ser visibilizados, protegidos y valorados para un recuerdo para el futuro para que ellos no sean borrados por la vorágine del mundo moderno.
