En el Teatro Municipal “Pedro Ariel Olea”, se presentó con gran éxito la obra "Los payasos de la Esperanza", de la compañía EkekaMunay, una puesta en escena que mezcla humor, melancolía y crítica social.
La historia gira en torno a tres entrañables personajes: Tony Pelusita, Tony Cucharón y Tony Liberty, payasos apasionados por su oficio que, tras quedar cesantes, se reúnen en la espera incierta del resultado de un proyecto que podría cambiar su suerte. Mientras tanto, el país se encuentra convulsionado por luchas y protestas en un contexto cívico-militar.
“Una obra presentada por un elenco local, la EkekaMunay, que nos pareció muy pertinente de integrar dentro del programa del Teatro del Desierto, desde la pertinencia política, porque es una obra que habla de una eterna espera de tres payasos en el periodo de dictadura, esperando la respuesta a un trabajo. Y, luego, abrimos un espacio también de conversatorio con la audiencia y el equipo pudo develar su inspiración para trabajar este ingrediente que hasta el día de hoy continúa”, señaló Ocarina Murtagh, coordinadora de programación Teatro Municipal.
Estrenada originalmente en 1977, la obra no pretende grandes alardes, sino más bien ofrecer “un trozo de vida puesta en escena”. Su fuerza radica en la poética de la espera y la esperanza, ese anhelo ansioso y a ratos absurdo, que resiste incluso en medio de un país golpeado por la represión.
A través de los diálogos y reflexiones de los payasos, el montaje logra conectar con el trasfondo político de una época difícil, dando espacio a una lectura más profunda sobre la resistencia desde el arte.
ELENCO
El elenco estuvo compuesto por los actores Enri Vargas, como Tony Pelusita; María Cecilia Acuña Cermenatti, como Tony Liberty; Jaime Escobar Lillo, como Tony Cucharón; la obra fue dirigida por Jaime Escobar Lillo, dramaturgia de Raúl Osorio y Mauricio Pesutic.
Lejos de la solemnidad, la función se convirtió en una experiencia cargada de humanidad, donde las carcajadas del público llenaron el teatro, demostrando que la risa también puede ser un acto de reivindicación.
La obra emocionó y entretuvo a los asistentes, quienes se mantuvieron atentos hasta el final, que culminó con un conversatorio abierto al público, profundizando en los temas abordados.